Hoy os voy a contar una de las leyendas más antiguas de Sevilla y que a mí me ha dejado con la boca abierta. ¿Vosotros sabéis porque a la calle Sierpes se le llama así? pues mira, en nuestro cotilleo de andar por casa, nada más y nada menos que por esto:
Resulta que en el siglo XV, la calle Sierpes se llamaba calle Espadero, (porque era allí donde se hacían las espadas para el ejército) y en aquella época, no se sabía porqué, empezaron a haber secuestros de niños a diestro y siniestro, una cosa muy rara porque después no se encontraban por ningún lado…y otro niño, y otro niño y otro niño, claro cundió el pánico!! Y no es pa menos. Total que un día, de repente llega un hombre, con muy mala pinta, la ropa destrosaíta y oliendo a… no te voy a decir a qué, pero a tigre de Bengala por lo menos. Y el tío se dirige directamente a la casa de don Alonso de Cárdenas, que era el regente de la ciudad aquel momento; Y le dice que le va a solucionar la papeleta. Que él sabe quién es perfectamente el responsable de todos estos secuestros de niños, pero que a cambio quiere algo. Alonso le dice que lo que él quiera (ya te puedes imaginar) entonces pide que traigan a un escribano, y que firmen que él ya es un hombre libre, y que no tiene cuentas pendientes con la ley, (es que se acababa de escapar de la cárcel por una cloaca) así que el escribano se puso manos a la obra y patatín patatán, este hombre ya es libre y libre se quedó. Y ahora le dijo don Alonso, «venga, ahora llévame tú a ver al responsable de todo esto, que estoy seguro de que va a ser o un moro o un judío» Y le dijo nuestro hombre…» nanain de la china, ni Moro ni judío, vente conmigo que te voy a llevar dónde está el responsable, que además ya me lo he cargao» total que se meten por la calle entre cárceles, y bajan por la cloaca famosa por donde se había escapado nuestro hombre, y allí estaba!!! Una serpiente gigantesca que medía más de 15 metros (eso según la leyenda…que los sevillanos somos muy exageraos desde siempre, y supongo que en el siglo XV más) a la serpiente la había atravesado con su espada, y ahora él quería que la expusieran en la calle, para que vea todo el mundo. Ya te puedes imaginar toooooda Sevilla haciendo cola en la calle diciendo «ná, aquí vengo a ver a la sierpe» «¿has visto a la sierpe?» «Ahí está la sierpe» total que se quedó con la calle Sierpes para los restos!
Ea, pues otra cosita más, te puedes dar un paseo por la misma calle y luego te desvías una mijita al barrio de Santa Cruz, donde te espero con un buen plato de pollo al curry con arroz y una ollita de puchero con hierbabuena.